01 febrero, 2012

La iluminación biológica crea ambientes sanos y optimistas

ESCRITO POR: CARLOS M. REQUEJO

La influencia de la luz en los neurotransmisores cerebrales modifica la atención, el humor y el comportamiento. Según las investigaciones en neurociencia, la arquitectura de la luz afecta al rendimiento laboral y la salud humana.
Los “urbanitas” pasamos hasta el 80% del tiempo en entornos cerrados, casa, transporte o trabajo, unos recintos opacos, con poca o ninguna la luz solar. La óptica conoce desde hace tiempo que la luz condiciona la agudeza visual y la percepción de los colores. Hoy el estado de la investigación en neurociencia permite afirmar que la luz es biodinámica, pues afecta profundamente al sistema endocrino y a través de él a todos los sistemas biológicos. Especialmente, la ausencia de luz solar influye negativamente sobre el estado de ánimo y afecta a la capacidad del cerebro para el manejo rápido de la información. Por tanto la calidad de la iluminación artificial define una casa sana, y es significativa para la salud y el rendimiento laboral.
La iluminación usual en la casa y en el trabajo, mal diseñada, monótona y muy insuficiente, produce falta de atención, desánimo, depresión, e incrementa el estrés y la fatiga de la jornada, lo que es causa de accidentes, absentismo laboral y bajo rendimiento.

Intensidad mínima de iluminación

Para sentirnos despiertos y activos, precisamos una luz brillante de intensidad mayor que 800 a 1000 lux (llamado umbral “brigth ligth”), que dice a nuestro sistema nervioso que ya es de día, y nos despierta el ánimo, sin necesidad de estímulos químicos como café o tabaco. La fotobiología nos dice que la percepción de la luz brillante por la glándula pineal, inhibe la secreción de melatonina, la hormona del sueño, y proporciona al cerebro serotonina, la hormona de la actividad.
Generalmente se calcula la iluminación mínima para permitir la capacidad de lectura. En los ambientes interiores son usuales intensidades luminosas de 100 a 200 lux en pasillos, y 300 a 500 lux en cocinas o despachos. Niveles de iluminación insuficientes que no permiten superar la somnolencia y estar mentalmente despierto y alerta.
Por contraste en plena Naturaleza encontramos desde 10.000 lux, en un día nublado, hasta 150.000 lux, a mediodía en pleno verano. Todos percibimos la inyección de energía, el Chi vital, que se capta al salir al exterior, cuando los rayos solares bañan nuestra piel. Inconscientemente, al tomar el Sol buscamos algo más que un bronceado.


Reactancia, magnetismo y estrés

Las baterías fluorescentes usuales tienen una frecuencia de parpadeo de 50 Hz. Esta pulsación óptica induce ondas cerebrales de estrés, ondas Beta, además de cansancio físico, cefaleas y fatiga visual. El estrés crónico causa una excesiva secreción de cortisol en el cerebro, matando millones de neuronas. Las reactancias, además, producen interferencias radioeléctricas, alteran las telecomunicaciones y sistemas informáticos, y son causa de una importante contaminación electromagnética (elektrosmog), que afecta a la salud.
En Bioconstrucción deben usarse reactancias electrónicas de alta frecuencia, que vibran a 20.000 Hz, eliminan la fatiga visual y el estrés al evitar el parpadeo del tubo, ya que éste no llega a apagarse completamente. Además producen un encendido instantáneo, al prescindir de cebadores y condensadores, ahorran energía eléctrica, alargan la vida de los tubos y eliminan el elektrosmog.

Color y luz de espectro total

La iluminación más usada desde Edison es la lámpara incandescente. El filamento incandescente emite una luz cálida, con un perfil de color donde dominan los colores amarillo-naranja-rojo, con ausencia de los tonos de  alta frecuencia, verde, azul y violeta. Son incandescentes tanto las clásicas lámparas estándar, como las lámparas de vapor de sodio y mercurio o las modernas dicroicas y halógenas.
La luz fluorescente normalmente usada, da una luz fría, de dominante verde-azulada, es deficiente en la franja azul-violeta y naranja-rojo. El uso de tubos fluorescentes está muy extendido por el ahorro energético, y el predominio de las baterías fluorescentes en cocinas y ambientes de trabajo es unas de las patologías del edificio enfermo. Existen diversas tonalidades, blanco frío, blanco cálido, blanco de luxe, que mejoran el impacto visual, pero no poseen un espectro de color completo.
Por el contrario las modernas lámparas compactas y fluorescentes, tipo fullspectrum, producen una iluminación de blanco puro, con todos los colores arco iris, similar a la luz del Sol, que permite apreciar la verdadera tonalidad de los colores. Esto es de importancia vital en el mundo textil, imprenta, fotografía, o en el ámbito clínico donde se necesita una correcta estimación del color. Pero la luz de espectro total también es precisa para que nuestra mente, el sistema endocrino y el sistema inmunitario funcionen a pleno rendimiento.

El ciclo del Sol y los neurotransmisores
En la Naturaleza el ciclo circadiano de la luz, noche-día, produce una estimulación cíclica de los neurotransmisores, los mensajeros de la información entre neuronas. Nuestro reloj biológico responde a la luz, y la luz diurna favorece la producción de serotonina y dopamina, que activan la atención y estimulan la actividad. Por el contrario en ausencia de estímulos luminosos, aumenta la melatonina, que induce el sueño. La falta del ritmo luminoso natural del Sol, altera el ciclo melatonina-serotonina, lo que causa somnolencia matinal e insomnio de noche. El 30% de la población mundial, la mayoría  en los países desarrollados, sufre de insomnio crónico.
La cantidad de luz nos afecta, como muestra el trastorno afectivo estacional. Al comienzo del invierno, casi como una hibernación, el TAE produce apatía, exceso de apetito y depresión a causa de la escasa luz invernal, fue descubierto por el Dr. Rosenthal en 1981. En invierno hay menos luz natural y, debido al frío, pasamos más tiempo dentro de las casas. Por el contrario la luz intensa del verano favorece la actividad y el optimismo.
En los ambientes cerrados, la iluminación artificial escasa y de intensidad constante, monótona, nos aísla de los ciclos, estacionales y diurnos, de la luz solar biodinámica, causando una ausencia de estimulación fotobiológica.

Arquitectura de la luz

Al diseñar un ambiente, el bioconstructor debe considerar tanto el ciclo temporal como la cantidad de luz, la luz biodinámica, con criterio bioclimático. Pero también debe estudiarse la calidad de esa luz, especialmente su color, y además del contraste y la distribución espacial, de acuerdo a la orientación geomagnética y la ergonomía de cada espacio.
La mayor parte de los arquitectos e interioristas apenas consideran el gran impacto que la luz tiene sobre la atención, los reflejos y la capacidad productiva. Con frecuencia nuestros ambientes domésticos y de trabajo sufren de contaminación lumínica, por exceso o ausencia de color, por deslumbramiento de luces directas, en ambientes con contraste de luz excesivo. Todas ellas son agresiones que hieren la retina y, a través del nervio óptico, impactan en lo más profundo del cerebro.
El proyecto luminotécnico con criterios biológicos debe contemplar el confort del hábitat con nuevas exigencias de calidad ambiental, considerando los aspectos energéticos, visibles e invisibles, que afectan al residente, sea ama de casa, trabajador o ejecutivo, según las exigencias del trabajo. Por lo tanto el arquitecto, al diseñar un espacio de trabajo sano y sostenible, debe valorar, de manera prioritaria, los efectos energéticos, biológicos y psicológicos de la luz, como nos muestra las investigaciones en neurociencia y fotobiología.
La intensidad lumínica y la calidad cromática de un ambiente afectan a residentes y trabajadores, cualquier escaparatista sabe que la luz intensa y brillante incrementa las ventas. Según los criterios de la Baubiologie, un entorno luminoso adecuado, con luz biodinámica de espectro total, el Chi vital, crea un entorno sano y sostenible, que además de ahorrar energía, mejora el estado de ánimo, favorece la alerta mental y la creatividad, aumenta las ganas de trabajar y estimula la salud y el buen humor. 0
La luz
Llamamos luz a la parte del espectro de radiaciones electromagnéticas que percibe el ser humano. Comprende la luz infrarroja, que reconocemos como calor, todo el espectro visible, con los siete colores del arco iris y los rayos ultravioletas, responsable entre otros efectos benéficos del bronceado. Las radiaciones visibles, entre 400 y 720 nm (1 nanómetro = 1×10-9 m), son especialmente percibidas por el ser humano gracias a esos sensores maravillosos que son los ojos. Nuestra retina es miles de veces más sensible que los sensores cutáneos, que responden a las bandas invisibles de la luz, la luz infrarroja y la ultravioleta.
Investigación en Neurociencia
La lámpara de espectro total desarrollada por el Dr. Ott. Durante un estudio realizado para Walt Disney observó que las semillas de calabaza no germinaban bajo la luz fluorescente de los estudios. A partir de aquí creó una lámpara de espectro total, con emisión de colores naranja y azul, que permitía la germinación de las semillas.
Los estudios del Dr. Riley confirman que el uso de luz y filtros de color a través de los ojos, permite un mayor control del cerebro sobre las funciones corporales, debido a que no todas las personas procesan la luz de la misma manera. La luz de espectro total tiene un efecto terapéutico para el trastorno afectivo estacional, TAE, y normaliza los ritmos de la melatonina, alterados en este tipo de depresión. Diversos investigadores han sugerido efectos beneficiosos de la terapia con luz en las depresiones sin patrón estacional. También está indicada en los trastornos del ritmo circadiano del sueño, incluyendo el tipo de sueño retrasado, el jet-lag y los producidos por el cambio de turno laboral.
Investigaciones llevadas a cabo, desde 1970 por neurocientíficos, confirman de un mejor aprovechamiento de la luz en la zona del azul-violeta y del naranja-rojo. Los estímulos con luz de espectro total y filtros de color, permiten una mejora de la agudeza visual de lejos, con menos dioptrías en el 95% de los casos, así como un mejor control del ciclo de activación alfa, con mejora del proceso cognitivo-perceptual, logrando un mayor rendimiento académico y laboral.
Estas constantes psicobiológicas, como la capacidad de alerta y atención, se pueden evaluar cuantitativamente mediante test visuales, no invasivos, determinando el rendimiento físico e intelectual de una persona.
 La vida a través de un cristal
Encerrados tras las ventanas, muchas veces estancas, nos falta el contacto con la luz del Sol y el aire libre, al otro lado de vidrios que filtran el ultravioleta.  Esto se debe a que el vidrio común, por su alto contenido en hierro, no permite el paso de las frecuencias UV. Podemos reconocer un vidrio de alto contenido en Fe por su canto de color verde.
De igual modo los vidrios de las gafas, graduadas o de Sol, también impiden captar la parte ultravioleta del espectro solar. Y recordemos que los rayos UV, que recibimos al tomar el Sol, son la única fuente de vitamina D

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LA CIENCIA DE LA VIDA. Dr. Deepak Chopra

Deepak Chopra basa su sistema de curación en la medicina Ayurvédica. El Ayurveda, que se originó en la India hace más de 4 mil años, significa en sánscrito " la ciencia de la vida " .

Esta medicina hace referencia a una visión integral del ser humano, donde el cuerpo y la mente están estrechamente relacionados y se influencian mutuamente.

El cuerpo se moldea a partir de la conciencia, ya que ésta tiene un potencial enorme para producir cambios en el organismo, como curar enfermedades y retardar el envejecimiento.


Nuestro sistema actual de vida está regido por la gran ilusión de la materia: creemos que ésta, es lo único que existe y que la conciencia es un subproducto de ella. Pero esa concepción está basada en una interpretación sensorial, y está claro que nuestros sentidos físicos no nos permiten percibir la verdadera naturaleza de la realidad. Pensamos que es sólida y estática, cuando en verdad está en permanente cambio.

Esto también es válido para el cuerpo humano, que experimenta un cambio permanente. En menos de un año, se reemplaza el 98% de los átomos del cuerpo, la piel se renueva cada cinco meses, el esqueleto cambia cada tres meses e incluso el ADN, que es donde se inserta nuestro código genético, se reemplaza cada seis semanas: Uno parece ser el mismo por fuera; sin embargo, es como si se cambiaran continuamente los ladrillos del edificio .
Pero no debemos confundir el instrumento con el usuario del instrumento.

El cuerpo cambia y se renueva, no es el mismo y, sin embargo, mantiene su identidad, ya que la base de su existencia está más allá de la materia y pertenece al dominio quántico, donde no hay materia, sino sólo inteligencia que organiza la información y es capaz de identificarse y comunicarse con el resto del Universo. La mente, que es el movimiento de la conciencia -o alma-, utiliza energía electromagnética para crear el cuerpo.

Ciertamente, no es posible retroceder la edad cronológica, pero sí es posible revertir el proceso de envejecimiento. Esto significa actuar sobre la edad psicológica (cómo nos sentimos y cómo ejercemos la edad cronológica) y sobre los
15 marcadores biológicos de ésta: presión sanguínea, tasa metabólica, densidad ósea, regulación de la temperatura, contenido de grasa, capacidad aeróbica, nivel de colesterol, masa muscular, fuerza muscular, niveles de hormonas sexuales, tolerancia al azúcar, sistema auditivo, visión, inmunidad y estado de la piel.

Investigaciones científicas que se han venido realizando desde hace ya más de 30 años, a partir de la década del 70, han descubierto que cada uno de esos marcadores puede revertirse hasta 15 años. Al igual que en el universo, todo es reciclable en el ser humano: las moléculas y células del cuerpo, las emociones y los pensamientos. El cambio de uno de los marcadores biológicos de la edad produce el cambio de todo el resto de ellos, pero cuando todos éstos cambian a la vez ¡el cambio ya es exponencial!

Chopra explica que existen diversas técnicas para modificar los marcadores biológicos. Para esto, hay que actuar a nivel del cuerpo físico (conexión, energía o materia, prana o ki en otras tradiciones); del cuerpo sutil (mente, intelecto, ego, ideas, emociones, conceptos, personalidad, auto imagen, etc.) y del cuerpo causal (genera causas y hace que se creen los otros cuerpos, aquí se ubican el alma y el espíritu). Así, desde el cuerpo físico hasta el causal, vamos del tiempo a la eternidad.
Uno de los mejores métodos para conservarse joven y vital es la práctica regular de la meditación, que permite que los niveles hormonales se mantengan altos y no decaigan. La meditación permite conectarse con la fuente primordial de energía del universo -Dios- y realizar algo tan importante como retornar a la memoria del Amor, que es propia del ser humano.


El contacto directo con lo sagrado -por ejemplo, a través de la meditación o la comunión con la naturaleza- proporciona la experiencia máxima de Amor. Se irradia como luz y plenitud, que transforman el cuerpo y las emociones y, por tanto, el mundo que nos rodea.

Diez consejos para retardar el envejecimiento:
1. Cambio de la percepción: Pasar de una visión materialista del universo a una visión integral y espiritual de la vida y la materia.
2. Tiempo: Dejar de vivir preocupados por el mañana o de vivir de los recuerdos y aprender a estar presente y vivir del ahora.
3. Sueño: La mala calidad de sueño acelera el envejecimiento. Lo que importa no es la cantidad, sino la calidad del sueño. La medicina ayurvédica aconseja acostarse sobre las 10:00 de la noche. Estas dos horas antes de la medianoche tienen un efecto reparador mucho mayor que las 6 horas siguientes. Es bueno dormir unas 8 horas y no excederse, si no se obtiene el efecto contrario, debilita.
4. Vigila tu alimentación: De acuerdo con el Ayurveda, el cuerpo se siente satisfecho y en equilibrio cuando tiene acceso a los seis sabores básicos (astringente, dulce, amargo, salado, agrio y picante). Los alimentos deben ser lo más frescos y naturales posibles, porque así aportan mayor cantidad de prana o energía. Además, se deben tomar suplementos nutricionales (multivitamínicos con minerales), ya que aunque tengamos una buena dieta, los necesitamos debido a la gran cantidad de toxinas y de tensiones a las que estamos expuestos diariamente. Curación Cuántica.
5. Haz deporte: El yoga, el Tai-Chi o cualquier deporte que nos mantenga activos será bueno para recuperar la relación mente-cuerpo. La mejor forma de integración de ambos es a través de la respiración consciente, que facilita el movimiento energético de lo físico a lo mental.
6. Aprovecharse de los beneficios del Sol. Mirarlo, tomar baños de Sol, etc. Contrariamente a lo que dicen las empresas que venden protectores solares el cuerpo, hay más enfermedades de la piel en países donde casi no sale el Sol.
7. Eliminar las toxinas: Se deben eliminar las drogas, el alcohol y el humo del cigarrillo, pero también las toxinas emocionales, como miedo, depresión, culpa, enojo e ira, que actúan al nivel del cuerpo sutil.
Desintoxica tu hígado, riñones y colon habitualmente
8. Amor: Dar y recibir amor estimula el sistema inmunológico. Los tres niveles en que se expresa el amor son verbal (te quiero), atencional (escuchar al otro ininterrumpidamente) y afectivo (tocar, acariciar).
9. Creatividad: Aplica tu creatividad. Pinta, escribe, cocina, canta, etc, pero expresa tu creatividad de un modo libre y natural.
10. Mantén tu mente alimentada con lecturas que te hagan crecer interiormente.Ayuda a tu Alma día a día a que se eleve de la materia con lecturas inspiradoras.

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